lunes, 9 de agosto de 2021

UNA PEQUEÑA HISTORIA DEL JAZZ (VI)






CAPITULO 5.
1950: COOL JAZZ Y HARD BOP. VANGUARDIA BLANCA Y RESTAURACIÓN NEGRA.


El final de los años 40 y principios de los 50 marcó un momento muy difícil para los músicos de jazz. Había desaparecido la euforia de la inmediata postguerra, con lo que se ponía fin a un ciclo de intensa vitalidad. Los músicos, por otra parte, se fueron encontrando paulatinamente con un público menos numeroso como consecuencia de la propia alteración musical que ellos mismos habían producido y con la que habían contribuido a “destruir el negocio”, tal como decían los empresarios de clubes y salas de baile e, incluso, los propios productores de discos.

El bebop, por otra parte, comenzaba a mostrar síntomas de agotamiento y no pocos músicos advertían que esta música renovadora, provocativa y cargada de invención debía ser digerida y repensada, pero también simplificada para hacerla más fluida y atractiva. Estos músicos pensaban que todo ese material bop debía ser manipulado para refrescarlo y estructurarlo nuevamente de manera refinada y compleja. Les apremiaba la posibilidad de crear, sobre las premisas del bop, una música que tuviera características de arte y que pudiera contemplar algunos valores de la música europea.

En 1948, con apenas 22 años, Miles Davis reunió a un grupo de jóvenes de la escena underground neoyorquina decidido a esta tarea de deconstruir y reconstruir el vocabulario del bebop en un nuevo contexto. Para su primera banda como líder Davis se rodeó de un grupo de otros 8 músicos que incluía una inusual sección de vientos (trompeta, saxo alto, saxo barítono, trombón, trompa y tuba) y desarrolló un repertorio basándose en los arreglos del pianista y compositor Gil Evans, con quién mantenía una estrecha colaboración. Este noneto consiguió finalmente un contrato con el sello Capitol para realizar tres sesiones de grabación que se desarrollaron entre 1948 y 1949. Al principio, el material grabado no llamaría mucho la atención. Sin embargo, el relajado sonido del grupo acabó teniendo una enorme influencia tanto en los músicos que tocaban en él como en el posterior desarrollo del jazz. Aparte de Davis, en la grabación participaron músicos como J. J. Johnson, Gerry Mulligan, Lee Konitz, John Lewis, Max Roach o Kenny Clarke, y el álbum, considerado como uno de los básicos del jazz moderno, tuvo un nombre absolutamente fundacional: "Birth of the Cool". Había nacido un nuevo estilo.

Así, siguiendo la senda marcada por Davis, se comienza a intentar crear sonidos nuevos alejados del sonido bebop, de sus ritmos furiosos, desarrollando un estilo más relajado y orquestal muy cercano a la música clásica europea. Esta reacción clasicista frente al bebop se denominó Cool Jazz y, aunque fue cultivada por músicos tanto negros como blancos y tanto en una costa como en otra de los EEUU, se hizo muy popular sobre todo entre la nueva generación de jóvenes músicos blancos afincados principalmente en California, lo que vino a suponer que se pasara a conocer cómo West Coast Jazz.

La escena cool estuvo, pues, dominada principalmente por músicos blancos como Lennie Tristano, Lee Konitz, Art Pepper, Shelly Manne o Gil Evans. Pero sin duda hubo dos formaciones especialmente influyentes y cuyo trabajo ha trascendido la historia del jazz: el cuarteto que formaron el saxo barítono Gerry Mulligan y el trompetista Chet Baker y el cuarteto del pianista Dave Brubeck junto al saxo alto Paul Desmond. El cuarteto de Mulligan y Baker se caracterizó por no contar con un piano y basaron su trabajo en desarrollar líneas contrapuntísticas con sus instrumentos. Una verdadera pena que esta unión durara apenas un año a causa de "problemas legales" con las drogas. Brubeck, ídolo confeso de Ellington, tenía un estilo que oscilaba entre lo refinado y lo exuberante, con una gran influencia de la música clásica europea. Fue un gran experimentador del compás, componiendo temas en 6/4, 7/4 o 9/8 frente al estándar jazzístico de 4/4. Dave Brubeck creó su cuarteto con Paul Desmond en 1951. Más tarde se les unieron Joe Morello (batería) y Gene Wright (contrabajo), lo que hizo que el cuarteto se reforzara ganando en calidad. En 1959 lograron un enorme éxito con la grabación del álbum "Time out", récord de ventas y audiencia, y en el que aparecía la extraordinaria composición de Desmond "Take Five".

Sobre las bases del cool y del West Coast, hubo un movimiento que buscó una vía de desarrollo desde una influencia más directa de la música clásica. Era la "Third Stream", o Tercera Corriente, término acuñado por el trompista Gunther Schuller (miembro del famoso noneto de Davis) para describir la música que estaban desarrollando algunos artistas intentando establecer puentes entre las formas musicales europeas y el espíritu y la técnica del jazz en un proceso general de abolición de barreras musicales entre ambas. Para Schuller, tres de los discos más representativos de este estilo eran "Miles Ahead", "Porgy and Bess" y "Sketches of Spain", todos de Miles Davis con orquestación de Gil Evans. Una de las formaciones que más fiel se mostró a los principios y la estética de esta corriente fue el cuarteto formado por John Lewis, Milt Jackson, Percy Heath y Kenny Clarque/Connie Kay, el Modern Jazz Quartet, auténtico símbolo de lo que ha venido calificándose como jazz de cámara.

Al igual que el bebop logró acercar el jazz a la polirritmia del son cubano, a finales de los 50 el cool encontró en Brasil y en su nueva bossa-nova un considerable reflejo, aunque esta unión no se desarrollará totalmente hasta los inicios de la década siguiente. Una de las figuras que más hizo por la fusión de ambos géneros fue el saxo tenor Stan Getz, "The Sound", conocido por su estilo ligero y suave influenciado por el maestro Lester Young y que tan bien se pegaba al estilo sedoso de la bossa. Especialmente relevantes fueron su disco "Jazz Samba", grabado junto al guitarrista Charlie Byrd y que rendía homenaje al tema de Jobim "So danço samba", y sus colaboraciones con el propio Tom Jobim (un Grammy por su grabación de "Garota de Ipanema") y con Joao Gilberto y su esposa Astrud (dos Grammys por su álbum "Getz/Gilberto"). No cabe duda de que estos reconocimientos fueron una enorme victoria para el jazz y para la bossa y derivó en la propagación de ésta última por todo el mundo, allanando así el camino para que la música brasileña y sus instrumentos se sumaran al jazz.

El cool y el West Coast tomaron algunas de las innovaciones del bebop pero, en líneas generales, se desarrollaron desde caminos más cercanos a la música europea y a las formas más vanguardistas del Swing, lo que vino con el tiempo a desnudar al jazz de dos de sus principales bases: sus raíces en el blues y la improvisación. Por ello, muchos músicos negros, especialmente en la Costa Este, se sintieron ajenos a estos estilos y reaccionaron contra lo que consideraron una mera usurpación de su música, como ya ocurriera en los años 30. Uno de los primeros músicos en reaccionar fue el propio Miles Davis, quien repudió el cool, el estilo al que él mismo ayudó a nacer, al ver el extremo divorcio a que estaban sometiendo al jazz respecto de sus raíces negras. Pero también este movimiento escondía un trasfondo social: una nueva revuelta de los negros de los estados meridionales, todavía en la búsqueda de su propia identidad, hurgando en el conocimiento de su propio rol en la vida norteamericana y en el tamaño de su fuerza social. Por eso, frente al clasicismo de la música Cool, este grupo de músicos negros van a iniciar el contraataque, prestando nuevamente la atención a la fuente misma del jazz: los blues y el canto religioso.

El punto de partida y referencia permanente de esta nueva generación de músicos fue el bebop, y su música puede ser considerada su reencarnación. Sin embargo, este nuevo bop era más simple, más grave, más agresivo y más duro que el de Parker y Gillespie, y también menos dramático. A esta restauración negra se le llamó Hard Bop. Aparte de la vitalidad y la agresividad, hay otra característica en el Hard Bop que quizás sea la más importante. Nos referimos a la improvisación. Y es que según ellos debía improvisarse de principio a fin.

Junto a Miles, en esta nueva corriente del renacimiento negro se encontraban músicos como John Coltrane, Cannombal Adderley, Benny Golson, Paul Chambers, Art Farmer, Donald Bird, Alvin Jones, Milt Jackson, Thelonius Monk, Johnny Griffin o Sonny Rollins. Músicos a los que, con su vuelta al blues y a la improvisación que el cool había eliminado, parte de la prensa proclamó como los "salvadores del jazz". Pero la verdadera explosión "hard" tuvo lugar con la aparición de los quintetos de Horace Silver y de Clifford Brown-Max Roach y con la de la formación liderada por el batería Art Blakey, The Jazz Messengers.

Otra asociación musical fundamental para el desarrollo del Hard Bop fue la del pianista Thelonius Monk con el saxofonista John Coltrane. Trane, que ya había participado en el quinteto con el que Miles puso las bases de este estilo a mediados de los 50, comenzó a colaborar con Monk en 1957. El sonido que desarrolló con la ayuda de Monk supuso una auténtica revolución para la música de jazz: un estilo de interpretación que usaba grupos de notas (arpegios) ejecutados a alta velocidad o patrones de escala en rápida sucesión en vez de "una nota cada vez", como era usual en una línea melódica tipo. Eran las famosas "sheets of sound", como las llamó el crítico Ira Gitler, y daban la impresión de superficies metálicas que chocaban entre sí. Coltrane usó estas "láminas de sonido" para aflojar los estrictos acordes, modos y armonías del Hard Bop, sin dejar de adherirse a ellos. Esta forma de tocar tan abierta le permitió arpegiar tres acordes simultáneamente, tal y como había aprendido de Thelonius Monk, un enfoque que era armónicamente vertical (acordes) en contraposición a lo horizontal (melodía), idea clave en sus trabajos de esta época. Un buen ejemplo de todo esto se puede escuchar en solos como el del tema "Trinkle, Tinkle", del álbum "Thelonius Monk with John Coltrane" de 1957.

El Hard Bop terminó imponiéndose en el corto plazo de tres o cuatro años, distrayendo la atención de los críticos y de los amantes del jazz blanco californiano, de elección o de origen. Los negros habían recuperado finalmente para sí el jazz.


































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