domingo, 18 de diciembre de 2011

14 del 12 del 11. 14-12-11. 11,12,14.




Nos sucede a veces que suena el teléfono y el corazón nos da un vuelco. Sabemos que esa forma de llamar es distinta, y el alma se eriza, se pone en tensión. Así fue aquella llamada del día 14. Sonaba extraño el teléfono, pero nunca podría haberme imaginado que lo que al otro lado me esperaba era el dolor terrible y punzante de saber que un  maldito cáncer, finalmente, te había vencido. Y aún hoy sigo sin comprenderlo, sin poder extirparme este estado de shock que paró todos los relojes una fría mañana de diciembre.

Te recuerdo ahora como la última vez que nos vimos, hace apenas un par de meses, fuerte, feliz, riendo, porque tú siempre reías, como aquella noche después del concierto, o como cuando -hace ya tanto- aún  éramos estudiantes y aprendices de futuro.

Tras una última despedida, íntima e intensa, tu compañero de siempre, mi gran amigo -casi mi hermano- nos dibujaba tu último ejemplo de amor, de esa grandeza interior tuya, del cariño y la ayuda que siempre ofreciste sin tregua, sin medida. Y como él mismo nos decía, ya no te podremos tocar, no, pero siempre estarás con nosotros para hablarnos como sólo tú lo hacías.

¿Sabes? Al final nos quedó pendiente ese Camino de Santiago tantas veces proyectado, ese viaje fantástico al interior de uno mismo del que tanto y tanto hemos hablado y en el que tanto tendría -seguro- que aprender de tí.

Amiga, recordaré siempre tus palabras, buscaré el sol, me inundaré de él, de su fuerza, de su olor, y cuando sienta en la cara su mano tibia, sabré que es la tuya y me traerá tu risa, el dulce recuerdo de tu risa.

Amiga, en mi corazón ya siempre. Amiga.

2 comentarios:

  1. NO CASI HERMANO!
    NO!
    HERMANO DE PLENO DERECHO!
    HERMANO DE TU ALMA!
    HERMANO DE TU CAMINO!
    CAMINO INFINITO, HERMANO!
    INFINITO E INSOSPECHADO...
    TAN INFINITO...
    QUE NADA ES MÁS QUE UNA SONRISA AMOROSA
    EN ETERNA EVOLUCIÓN

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