I
Desde el Peine de los Vientos al Igueldo
he ido recogiendo susurros y sal.
Las olas rompen -suaves-
a los pies de la tarde:
música y clowns.
En el puerto reposan ya las redes
y los niños rescatan monedas en el agua.
La playa es infinita, como un beso.
Apoyado en la balaustrada del paseo
ensueño viajes y locuras.
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