A LOS QUE NO SABEN
les cabe toda la vida en los ojos
en sus ojos enormes
casi transparentes
todo el dolor y el miedo
todo el abismo y el silencio.
Caminan despacio los que no saben
como a tientas y cansados
con sus enormes ojos claros
sin más cuerpo que sus ojos
sin manos y sin bocas
sólo sus ojos enormes
casi transparentes
sólo sus ojos en el camino.
Un desgarro persigue a los que no saben
un viento obscuro
una tormenta de cuervos y alimañas
segándolo todo a sus espaldas
hincando el diente a su inocencia.
Ya no hay risas para los que no saben
ya no hay madres ni nubes ni sueños
sólo sus ojos enormes
casi transparentes
sólo sus ojos en el camino.
que gueno juan, que gueno
ResponderEliminarGracias Félix. Tu casa del acantilado sería un buen lugar para todos ellos sin duda.
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