al maestro Lester Bowie
Como en un íntimo exorcismo
el Gran Mago danza en el centro
manos y almas desgarrando
envolviéndolo todo con su gran manto blanco.
Con una mirada apenas
va despertando a todas sus criaturas
las llama de una en una
animales fantásticos
sierpes aladas que crecen en poderosa síncopa
hasta el éxtasis.
De repente todas callan
y el viejo Lester
hace brillar el sol entre sus manos.
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