para Álvaro
UNA MAÑANA TIBIA
el sol apenas te rozaba
aprendí tu nombre
Aún olía tu cuerpo a vértigo
a la dulce magia del primer llanto
Sobre el blanco pecho de tu madre
dibujabas -torpe- una mariposa
Como en un espejo
tus ojos y sus ojos tejiendo lo absoluto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario