Puede que hoy, como anunciaran,
no haya habido gambas en San Telmo. ¡Tanto da, que ya las hay los otros 364 días
del año y fiestas de guardar!
Hoy se les ha llenado la boca de “Andalucías”
y “levantaos” a todos esos responsables de las congelaciones de becas y
pensiones, de no atender las sustituciones del personal docente en situación de
baja médica, del cierre continuo de camas de hospital, pero que defienden su
mangazo con uñas y dientes, porque en el fondo les importamos un carajo.
Hoy hemos visto ensalzar a la
verde y blanca y verde a todos aquellos que día a día siguen bailando el agua a
los que arrojan del mundo a quien ya no tiene donde agarrarse.
Hoy ha sido el gran día para exorcizar
los amaños en las cuentas, los falsos expedientes con derecho a subsidio
vitalicio regados con buen vino de la tierra. Y con patan’né 5J, claro, que no
falte.
Hoy, cómo no, fue un día propicio
para sacar las banderas, las consignas, manidas ya por venir de quien vienen,
no porque no sean necesarias. Porque para decir que estamos ya más que hartos
tuvimos la marea multicolor del 23-F, y no nos sirve esta instrumentalización
interesada que hoy han hecho de la desazón y el desamparo.
Vimos a los responsables del
gobierno autonómico vociferar su mercancía amañada, su engaño de trilero de
ahora lo enseño, ahora lo escondo. Vimos a unos sindicatos pletóricos de
euforia esconder sus miserias detrás de una pancarta. Vimos hoy, incluso,
enfundarse la elástica de lo singular a quien no entiende más que la
indivisibilidad de lo indivisible. A todos los vimos hoy.
Y es triste, por muy 28-F que
haya sido.
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