Anoche fue una noche memorable
por Paulino García-Donas
por Paulino García-Donas
Julio 2012
Anoche fue una noche memorable, por los siglos de los siglos.
Combinación elevada de Música y Alma.
Nos vinimos de la playa sobre las 7, porque habíamos comprado entradas para un concierto a las 10 de Mario Díaz!, en Alcalá!, y en el hotel Oromana!.
Se enteró mi Pau, yo no me lo creía, ni por el sitio, inusual, ni por el precio, ridículo, pero vi a los 2 días en la calle 2 carteles y arranqué uno. Y esa noche subí con Inma al hotel por nuestras entradas. Pau la compraba con sus amigos, y Angie que no sabía si iría, al final no fue, pero lo oyó en la lejanía, porque desde casa se ve el hotel - estamos justo a la misma altura- y se produce ese curioso efecto acústico.
Combinación elevada de Música y Alma.
Nos vinimos de la playa sobre las 7, porque habíamos comprado entradas para un concierto a las 10 de Mario Díaz!, en Alcalá!, y en el hotel Oromana!.
Se enteró mi Pau, yo no me lo creía, ni por el sitio, inusual, ni por el precio, ridículo, pero vi a los 2 días en la calle 2 carteles y arranqué uno. Y esa noche subí con Inma al hotel por nuestras entradas. Pau la compraba con sus amigos, y Angie que no sabía si iría, al final no fue, pero lo oyó en la lejanía, porque desde casa se ve el hotel - estamos justo a la misma altura- y se produce ese curioso efecto acústico.
Mientras me duchaba lo oía ensayar.
Buen presagio...
Noche perfecta.
Teloneros simpáticos.
No éramos más de 150 almas, un poco desperdigados, en la grandísima terraza, rodeada de pinar y de horizonte bellísimo.
...y llegó Mario, descalzo.
Nos convocó a acercarnos, y formamos un semicírculo que lo abrazaba.
No había prácticamente escenario; una tarimita de la altura de un tacón bajo, con una alfombrita.
Dijo que era un acústico, que él lo prefiere a los conciertos, y presentó al guitarrista que lo acompañaba.
Desde que entonó la primera palabra de la primera canción, se produjo el milagro; se rasgaron las vestiduras de los corazones particulares de los presentes, y se formó uno grande y luminoso en perfecta vibración de amor sobrecogido. Aunque algunos no eran muy conscientes.
Una chica, al comenzar la segunda, se acercó discretamente por la izquierda, y colocó un Sándalo exquisito, vertical, al pié de la tarimita, a la derecha de ese ser...
Noche perfecta.
Teloneros simpáticos.
No éramos más de 150 almas, un poco desperdigados, en la grandísima terraza, rodeada de pinar y de horizonte bellísimo.
...y llegó Mario, descalzo.
Nos convocó a acercarnos, y formamos un semicírculo que lo abrazaba.
No había prácticamente escenario; una tarimita de la altura de un tacón bajo, con una alfombrita.
Dijo que era un acústico, que él lo prefiere a los conciertos, y presentó al guitarrista que lo acompañaba.
Desde que entonó la primera palabra de la primera canción, se produjo el milagro; se rasgaron las vestiduras de los corazones particulares de los presentes, y se formó uno grande y luminoso en perfecta vibración de amor sobrecogido. Aunque algunos no eran muy conscientes.
Una chica, al comenzar la segunda, se acercó discretamente por la izquierda, y colocó un Sándalo exquisito, vertical, al pié de la tarimita, a la derecha de ese ser...
La seguí con la mirada, hasta que desapareció por mi
espalda, mandándole mi apoyo y agradecimiento...
Bueno, pues eso.
Ya he dicho casi todo lo importante, y lo que falta no se puede expresar fácilmente. Habría que hacer poesía y no un relato.
Solo esto.
Bueno, pues eso.
Ya he dicho casi todo lo importante, y lo que falta no se puede expresar fácilmente. Habría que hacer poesía y no un relato.
Solo esto.
Yo, que soy tímido por lo normal, no tengo problema
en los conciertos. Desde que oí la primera me propuse que Mario y el
otro se sintieran como en casa.
Al fin y al cabo, aquella era mi casa.
Para eso tengo buena psicología. Y cada vez que se
apagaban los aplausos, detrás de cada canción, en un pequeño vacío que se
produce, les decía algo cálido. Lo primero, no lo recuerdo. Lo segundo "Caña de lomo, Mario" -se sonrió
tela-, lo tercero "OOO LÉ"...
"Artistazo", "Tas superao, niño", y así.
Respondían con maravillosas sonrisas cómplices, y se miraban
abriendo los ojos, de haberlo tocao tan bonito y especial.
Gracioso fue que al
guitarrista, esplendido, enorme, del que me ocupé tanto como de Mario, le
decía, siempre en ese vacío
- "Qué bonito,
Josemari"...
- "Josemari,
tómate argo"...
- "Qué
fino, Josemari" …
Y a la tercera vez de "Josemari" - fue lo que oí
inicialmente -, dice Mario, - "Bueno
tengo que decir que este hombre se llama José Marín,.. pero vamo,.. desde hoy
Josemari pa los amigos".
Parece una tontería, pero los vimos crecerse. Mario bajó varias
veces de la tarimita, hasta le puso el micro a mi Pau en los coros.. -se las
sabe-.
En una tiró pabajo de Josemari, desenchufaron las guitarras, sonando
a pelo sin amplificar.. tos callaos y petrificaos con toques a dúo espeluznantes. Una
eléctrica y una española.
Se sentían tan en familia, tan tan a gusto, tan agustito, que hicieron siete bises, por lo menos y se fueron con pena, como diciendo con la mirada
Se sentían tan en familia, tan tan a gusto, tan agustito, que hicieron siete bises, por lo menos y se fueron con pena, como diciendo con la mirada
-Lo siento
pero son las 2,40 y nos vamos o nos echan.
Al final, les dí un fuerte apretón, yéndome, no pude un abrazo porque estaban rodeados, y varios desconocidos se despidieron de mí con un
Al final, les dí un fuerte apretón, yéndome, no pude un abrazo porque estaban rodeados, y varios desconocidos se despidieron de mí con un
- "Adios
Josemari".
Angeles, que me conocía mejor que yo, disfrutaba y disfruta con
estas cosas. A ellas debía referirse cuando me decía "te veo".
Gracias, amigo, por esta emotiva crónica. ¡No sabes la rabia que me dio no poder acompañarte en ese "viaje"! Un abrazo.
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